Después de un parto el padre pregunta al doctor:
—¿Todo salió bien?
El médico responde:
—Sí, todo perfecto, aunque tuvimos que ponerle oxígeno.
El padre inquieto alega:
—Pero doctor, nosotros queríamos ponerle Juan.
Un hombre le dice a un amigo:
—Mi esposa está en una dieta de tres semanas.
—¿De verdad? ¿Cuánto ha perdido hasta ahora?
—Dos semanas.
Él:
—¡Me amas sólo porque mi padre me dejó una fortuna!
Ella:
—¡No, querido, yo te amaría sin importarme quién te la dejó!